jueves, 3 de febrero de 2011

LA INMIGRACION HAITIANA. INTRODUCCIÓN



La inmigración haitiana y su descendencia en Cuba tiene una particular manifestación.

Antes de llegar Cristóbal Colòn a la isla ya habìa en ella población procedente de Haití, región llamada asì por los aborígenes que, en la lengua arawak, significa “tierra de altas montañas”.

Otro éxodo de tierra haitiana hacia la cubana tuvo su origen por los acontecimientos que condujeron a la revolución haitiana, el triunfo de los rebeldes esclavos y la constituciòn de la repùblica negra el primero de enero de 1804. Los colonos franceses huyeron y consigo arrastraron a parte de sus dotaciones de esclavos, a mulatos libres y otros que no congeniaron con el nuevo orden social. Conformaron la emigración franco-haitiana hacia Cuba de finales del siglo XVIII y principios del XIX.

Pero el màs grande arribo de haitianos lo ocasionò la inversión en la industria azucarera cubana por las compañìas transnacionales norteamericanas, en las primeras décadas del siglo XX, y la demanda de mano de obra barata. La Primera Guerra Mundial incentivò el trasiego de los antillanos reclutados como braceros y en condiciones de semiesclavitud.

Anverso y reverso de la Carta de Nacionalidad extendida a
los inmigrantes haitianos.

Los vaivenes en el precio del azúcar en el mercado, la crisis económica mundial y el factor de oposición interna de los trabajadores cubanos hacia la inmigración laboral extranjera, concitarìan el panorama de rechazo y los decretos-leyes y demàs instrumentos gubernalmentales que provocaron la interrupciòn de la llegada masiva de estos inmigrantes luego del año 1931, la repatriación forzosa y salida de miles de antillanos, en especial de haitianos y jamaicanos.


Transcurrido los años seguirían, en menor medida, otros tránsitos y arribos de haitianos a Cuba -incluidos los perseguidos políticos y de otra naturaleza escapados del régimen de terror que implantó Francoise Duvalier en Haití-, con lo cual se iría conformando una masa de residentes haitianos y sus descendientes en las más precarias condiciones de vida y de presión social, condicionante de la percepción y del trato otorgado a los antillanos y a sus "pichones".

La Revolución triunfante del Primero de enero del 1959 vino a detener circunstancialmente esta emigración y -cambiar radicalmente- el panorama del haitiano y sus descendientes en Cuba, conjuntamente con las transformaciones políticas, económicas y sociales que propició la llegada al poder del movimiento revolucionario encabezado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

Los haitianos y sus descendientes han recibido los mismos derechos y participan en el cumplimiento de las responsabilidades igual que el resto de los cubanos.

Son protagonistas en la historia y la cultura de la nación cubana, y al igual que el resto del pueblo, están librando las batallas actuales de la isla por la defensa y el triunfo definitivo de la justicia y de la razón.

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